IMAGEN EJECUTIVA
En el ámbito laboral, la imagen juega un papel de gran relevancia ya que lo que proyectamos a simple vista comunica mucho más de lo que imaginamos, refleja el grado de autoestima de la persona, el profesionalismo, si es exitosa o no, incluso el nivel cultural y social.
El cuidado de la imagen ejecutiva es fundamental porque estamos representando una firma, con clientes y proveedores tanto internos como externos. El aspecto exterior debe proporcionar sensación de agrado y bienestar mostrando una imagen femenina con alto grado profesional acompañada de elegancia y seguridad.
Nunca subestimes el poder de la primera impresión, cuida tu apariencia y tu vestimenta siempre, cuando una persona se presenta ante otras, antes de pronunciar una palabra ya está transmitiendo datos e ideas aún sin quererlo; la imagen personal es la huella de la persona que capta la mente de otro, recuerda que la vista es más rápida que el oído. Todos proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen que ofrecemos al exterior.
Antes de hablar… ya debe proyectar “Su Marca”
Recuerda que la imagen de tu empresa, la hacen las personas que la forman, que se convierten en sus embajadores y son responsables de transmitir la credibilidad de los productos o servicios que ofrecen.
“Vístete de acuerdo a lo que quieres ser… a donde quieres llegar… el éxito que quieres lograr… vístete para triunfar”
Imagen femenina profesional. Como mujer profesionista, debes cuidar tu guardarropa, accesorios y peinado, ya que hablan de ti. Toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Guardarropa. Procura vestir traje sastre de dos piezas, de preferencia en color oscuro. Puedes usar otros colores, pero siempre toma en cuenta que hay colores que proyectan profesionalismo, como el azul marino, el negro o el gris oxford. Combínalos con blusas de color claro; éstas pueden ser lisas o estampadas (el estampado no puede ser cargado). Trata de no usar materiales o colores de la moda del momento; lo ideal es lucir clásica con un toque moderno.
Utiliza ropa discreta; en el trabajo no es conveniente lucir blusas muy ajustadas y mucho menos escotadas. Nunca utilices para la oficina pantalones pesqueros, hablarán muy mal de ti.
Descarta el uso de pantalones de mezclilla y chamarras para acudir a la oficina. Estos deben pasar a un segundo plano y ser usados sólo los fines de semana o cuando no estés en el trabajo. Prefiere abrigos formales, mascadas y pantalones de vestir con el largo adecuado a tu altura.
Calza zapatos de línea conservadora, no extravagantes, en la oficina es de mal gusto usar sandalias o zapatos informales. Busca que reflejen profesionalismo, sin sacrificar la comodidad (puede ser un tacón mediano o alto, jamás utilices zapato de piso). Cuida que luzcan siempre limpios y de preferencia que combinen con tu bolso o cinturón, utiliza siempre zapato cerrado, con medias del mismo tono.
Procura que las medias que usas sean lisas; es decir, que no tengan bordados o texturas ni tonos brillantes.
Accesorios, cara y manos. Maquíllate en forma discreta y natural nunca debes asistir a la oficina con la cara “lavada”.
Cuida que tus uñas luzcan cuidadas; de preferencia, mantenlas cortas o medianas. Si te gusta pintarlas, utiliza colores claros o sólo brillo.
Usa sólo un poco de perfume. Es incómodo para los demás estar tratando con alguien que trae demasiado perfume. En estos detalles también hay que buscar la discreción.
No cargues más de una joya en cada mano; si usas cadena o gargantilla, que sea sólo una.
Utiliza un reloj pequeño y femenino, que haga juego con tu atuendo clásico; no es favorecedor usar un reloj muy grande o deportivo.
Peinado. Procura que el peinado no sea muy elaborado; debes lucir natural, pero bien peinada siempre.
Si te tiñes el cabello, asegúrate de retocar el color las veces que sea necesario. Es antiestético que la persona luzca una cabellera de dos colores. Varía, con discreción, el tipo de peinado.